En Cartagena, el fútbol es ley de vida. En los colegios se pone el himno y se habla del equipo a diario. Es delito no saberse el nombre de tres o cuatro jugadores de la plantilla. Sin contar con que es habitual que los Reyes te traigan la camiseta del efesé.

Además, es muy pasional, se deja llevar por los colores albinegros dando igual la posición o división en la que esté el club. Y, por supuesto, no tiene memoria para lo malo, simplemente, mira al futuro para, esa vez sí, lograr lo que se buscó durante cinco años.

Pues, un 25 de mayo de 2019 se enfrentaba el Cartagena contra el Real Madrid Castilla en Valdebebas en la ida. Era la primera fase del ascenso y tocaba luchar contra un equipo joven, con joyas que les quedaba poco para pulirse y pegar un salto. Entre ellos estaba, por ejemplo, Jorge de Frutos. Que dió un recital futbolístico brutal. También estaba en ese equipazo Seoane, Luca Zidane, Cristo o Dani Gómez, por nombrar algunos.

Ese partido acabó 3-1 para los locales. Un par de goles de Dani Gómez y otro de Cristo ponían contra las cuerdas al Cartagena y casi dejaba fuera de la eliminatoria a los cartageneros. Una defensa catastrófica que hizo aguas durante todo el encuentro hundió a un efesé que resurgió de sus cenizas con un Santi Jara que anotó un gol en el 86 dejó con esperanzas al equipo y, como no, a su increíble afición.

Desde el principio de la semana se hablaba por todas partes del partido. Recuerdo a niños de 7-8 años hablando de él, todos ellos optimistas, como la mayor parte de la gente cartagenera. Era el tema de conversación más utilizado esos días.

Real Madrid TV celebraba ya que habían pasado la eliminatoria, difamando al FC Cartagena y el club respondió con la prohibición de la entrada al estadio con la camiseta del equipo merengue. Mientras la afición cartagenera pensaba, «¿y si sí?».

Un domingo 2 de Junio se paró la ciudad. Más de 12.000 personas abarrotaron el Cartagonova. Los 20 minutos previos al partido los recuerdo como los mejores que he vivido en el estadio. Un bombo y un señor en el centro del campo bastaron para levantar a toda la afición. Fue espectacular. Pelos de punta ante el canto vikingo.

¿Después de esto? A los 20 minutos con dos goles de Elady ya se había remontado la eliminatoria de lo que las jóvenes perlas del Madrid, atenuados ante semejante espectáculo y griterío de las gradas albinegras. ¿Los dos goles más gritados de la historia reciente del Cartagena? Sin duda. Se acabó el partido con el mismo resultado, 2-0 y el efesé a la siguiente ronda. Invasión de campo pacífica y alegría a raudales. Uno de los mejores días de las vidas de muchos cartageneros y cartageneras.

Lo que pasó después no fue tan bueno, así que como he dicho antes, a nosotros ya se nos ha olvidado, porque ya estamos donde siempre quisimos estar y ojalá quedarnos mucho más tiempo.

Twitter: JaviierGM_

En este artículo me gustaría enseñaros el pasado reciente del FC Cartagena y como pasó de ser un equipo mediocre a lograr el ascenso y la permanencia en Segunda división.

Desde que llegó Paco Belmonte a la presidencia del Cartagena asumiendo una deuda de 4 millones de euros que había dejado Sporto Gol Man, todo ha ido sobre ruedas, tanto deportiva como institucionalmente. El Cartagena pasó de luchar por salvarse en segunda B y tener una deuda multimillonaria a acostumbrase a ganar la mayoría de partidos y tener las cuentas saneadas, de quedar decimoquintos a primeros en cuestión de tres temporadas.

Pero había una pega; todos los proyectos que hacía la comisión deportiva eran para ascender pero nunca se conseguía. Un quiero y no puedo, alcanzar la gloria se le quedaba tan cerca, y a la vez, tan lejos.

En estos 5 años, sin duda el golpe más duro fue en Majadahonda, donde la eliminatoria de los campeones del grupo la tuvo controlada en todo momento, hasta el 96 y medio del segundo partido, donde un saque de banda del equipo madrileño acabó con un gol en propia del ahora central del Burgos, Michel Zabaco, que le dió la victoria a los madrileños.

Tras esa angustiosa mañana, el entrenador Alberto Monteagudo fue cesado y se trajo al exportero de Málaga y Levante entre otros, a Gustavo Munúa. En la primera temporada quedó segundo y en el invierno de la siguiente con el Cartagena en primera posición, el técnico uruguayo fichó por el Nacional, un sueño para él que consiguió gracias a los resultados cosechados esa campaña y media. Le cogió el relevo Borja Jiménez, el “mr. ascensos abulense” venía de llevar a segunda división a dos equipos en las últimas dos temporadas. Un 2/2, que, aún con un juego no del todo brillante, también logró el ascenso al volver a conseguir el primer puesto en la última jornada previa al confinamiento y vencer en la Rosaleda al Baleares en los penaltis con una actuación del portero Marc Martínez espectacular.

Ese día, un 20 de Julio pasadas las 12 de la noche, el FC Cartagena y su ambiciosa comisión deportiva que salvó y curó al efesé que todos conocían, al de Sagarduy, Perico Arango y Aranguren o al de Toché, Mariano Sánchez y JIM, al Cartagena que se convirtió en león con Elady, Marc Martínez, Munúa y Borja Jiménez después de años de ser un ratón que vagaba por los últimos puestos de Segunda división B. 

Allá por la temporada 09-10, con un Cartagena aún festejando por el ascenso de Alcoy, se logró la mejor temporada de la historia del club.

Apenas el equipo había estado en Segunda después del ascenso en Torrejón en la 81-82 con Perico Arango y Sagarduy comandando una expedición con Silva como entrenador. Ambos cuentan con una puerta con su nombre en el Cartagonova como homenaje del ascenso.

El equipo de JIM, con Paco Gómez de presidente y David Buitrago de director deportivo, que no escatimaron en gastos de altas fichas, empezaba a coger velocidad de crucero.

Los dos dirigentes acertaron de forma sobresaliente con los fichajes: Cygan, uno de los mejores centrales que vistieron la albinegra en su historia, De Lucas, Toché, Víctor Fernández, Longás, el guardameta Rubén y, el capitán, el emperador Mariano Sánchez en su plenitud futbolística, formaron un elenco de futbolistas magníficos.

Con estos jugadores y Juan Ignacio Martínez de míster, el Cartagena hizo historia, quedó quinto en la Segunda división española. Sólo a 6 puntos del Levante, que se nos atragantó en el Cartagonova con un 3-5 y un arbitraje que barrió para el lado visitante.

En esa época no tenía la misma estructura que ahora. Ascendían los tres primeros, que fueron Real Sociedad, Hércules y Levante respectivamente. Sólo por delante nuestra quedó el Real Betis, empatado a puntos con el Levante pero que se decantó por el golaverage.

Al año siguiente, se mantuvo la misma columna vertebral, pero no los mismos resultados. Aunque no fueron del todo malos, se produjo un bajón en la clasificación. Del quinto puesto de la temporada 09-10 se pasó a el decimotercero. Ocho puestos se perdieron en un año.

Aún así, seguían haciendo historia, era un equipazo. Felicitaban incluso a Pilar Barreiro, exalcaldesa de Cartagena, por el buen jugar del club de su ciudad. Un equipo alegre que maravilló un par de temporadas en segunda de donde no tenía experiencia alguna.

A la temporada siguiente por desgracia se descendió. Se quitó a la columna vertebral, de ella solo quedó Mariano Sánchez, Ander Lafuente y Txiki. Hubo un caos tremendo, con hasta tres entrenadores pasando por los banquillos. Paco Gómez se equivocó firmando a gente de primera que no jugaban y la acabó pagando. El Cartagena descendió solo a 6 puntos del Sabadell, y sí, a los mismos que se había quedado de ascender dos temporadas antes. Casualidades del destino.

Pero siempre quedará en nuestro recuerdo el Cartagena de los «albinegros galácticos» con JIM al frente y esa plantilla con la publicidad del Teatro Romano de Cartagena en la camiseta de rayas verticales que sorprendió a España con un equipo espectacular.

Mientras no empieza la liga, como en el artículo anterior, me gustaría que conocierais a un figura de principio a fin, con una historia muy curiosa y divertida a la vez.

Julio César Ribas Vlacovich es un técnico uruguayo. Con 19 años ya tenía el título de entrenador, el más joven de la historia de su país, aunque empezó a dirigir 17 años después en el Sud América, donde lograría un récord de 23 partidos invicto. Eso en 1993. Posteriormente logró conseguir buenos resultados con distintos equipos.

En el 2000 empezó su curiosa historia, esta vez en Peñarol, cuando en un clásico contra Nacional en el Estadio Centenario, se montó una tangana tan agresiva que se llegaron a las manos y dónde tuvo que intervenir la Ley de Seguridad Ciudadana, que se saldó con nueve jugadores y Julio Ribas detenido. Curiosamente, Peñarol ganó la liga estando su míster en prisión. Aunque únicamente fueron 11 días, Julio prometió a su familia que nunca más se iba a pelear.

En 2008, esta vez como seleccionador de Omán, volvió a estar en el foco debido a excluir a la estrella de la selección Bader Maimani, justificando que no hay cracks con él de entrenador y que quién no se cuida como un profesional, no juega. Tiempo después fue despedido.

Años más tarde llega a Cartagena, donde, hace más curiosa su vida si cabe. Dirige al Cartagena por teléfono ya que llegó sin Visa de trabajo y, cuando se le acabó su permiso como turista, tuvo que volver a Uruguay, donde dirigía a sus pupilos, más concretamente en Montevideo.

Julio Ribas dirigió al efesé a 11.000km de distancia y aguantó hasta final de año, donde se buscó un sustituto. Sorprendentemente, los resultados nunca fueron del todo negativos, del 11 de septiembre al 19 de octubre únicamente perdió una vez y ganó otra, los demás fueron empates.

El motivo por el que Rivas aguantó tanto a las riendas del FC Cartagena fue por la empresa Sofinvest que trajo para rescatar al Cartagena del descenso a tercera con 200.000€, eso le hizo tener un ancho hilo para poder trabajar.

En 2014 volvió a Cartagena, esta vez como Mánager para intentar devolver al equipo a Segunda, uno de los fichajes fue su hijo, Sebastián Ribas, que no tuvo un año malo, pero tampoco era titular en el equipo. No consiguió el ascenso y poco tiempo después, se fue.

Después, dirigió a los Lincoln Reds de Gibraltar donde hizo historia metiéndolo a una segunda fase de Champions, algo que era impensable.

Actualmente dirige a la Selección de Gibraltar, pero ya es historia del FC Cartagena, fue «el uruguayo que entrenaba al Cartagena desde su país» Algo prácticamente irrepetible.

Antes de empezar la liga, me gustaría que conocierais el cuerpo técnico del FC Cartagena para los que os queréis aficionar al equipo que represento, o, simplemente, os gustaría conocer a los dos entrenadores del efesé. Hoy os traigo a Sívori, el segundo entrenador del equipo.

El apodo de Sívori, viene de su padre, al que sus compañeros cuando jugaban al fútbol lo llamaban así, debido a su parecido con Omar Sívori tanto físicamente, como en algunos aspectos del juego.

Arturio Igorin Sanjurjo, más conocido como Sívori, es, como he dicho anteriormente, segundo entrenador del FC Cartagena desde la temporada 19-20 en la que el club lograría el ascenso a Segunda con Borja Jiménez al frente del equipo.

Pero, en Mendizorroza, lo recuerdan como un ídolo, por ser «El canterano que se convirtió en el delantero titular del Alavés», pero no de una plantilla cualquiera, sino del Alavés campeón, el que ascendió a primera después de tantos años.

En Vitoria, debutó en Segunda contra el Écija en Mendizorroza en 1996 con 20 años y Aranguren de entrenador. A la temporada siguiente (97-98), ya sería titular indiscutible con Mané y, la siguiente,(98-99), fue una de las mejores temporadas que se recuerdan, semifinales de Copa eliminando a todo un Real Madrid, Deportivo de la Coruña, Oviedo y Compostela y ascenso a Primera división con 82 puntos. En esa temporada Sívori anotaría 6 goles en 38 partidos y abría el camino a los jugadores de la cantera para jugar en el primer equipo.

Bajo previo pago de 348 millones de pesetas más Jon Solaun e Ibon Begoña, Sívori marcharía al Athletic Club de Bilbao, aunque lo cedería un año de nuevo al Alavés para que se fuese aclimatando a la Primera división. Ese año,(99-00) conseguiría la permanencia con un final agónico en la última jornada. Gracias a sus cinco goles en 36 partidos, se quedó en la plantilla de San Mamés, aunque el hubiese preferido quedarse en Vitoria, el acuerdo al que llegaron ambos clubes se había cerrado y le tocó marchar a Bilbao. Allí Jugó bastante menos minutos repartidos en 15 partidos. Aún así, el valoró muy positivamente su estancia en el club ya que tenía compañeros internacionales con España, que le ayudó a aprender de los mejores.

Después de esa temporada, fue cedido al Córdoba, donde hizo un gol en 32 encuentros y posteriormente, jugó un par de temporadas en el Leganés, una en calidad de cedido donde anotó seis goles en 36 partidos en primera y, ya en propiedad madrileña, metió tres goles en 36 partidos esta vez en segunda división.

En 2003 tuvo que bajar una categoría más, la de bronce, para fichar por el Cartagena, sólo estuvo un año, para firmar por cinco temporadas en el Cartagonova. En 2008, se marchó como una leyenda albinegra, quinto jugador con más partidos (173) y cuarto máximo goleador (37).

Después jugaría en distintos equipos de la Región de Murcia, el último sería La Unión, donde entrenaría unos años, después le llamaría el Cartagena para pertenecer a la comisión deportiva y, más tarde convertirse en segundo entrenador del efesé, para, de nuevo, hacer historia logrando el ascenso a segunda división.